El
Coll de Balaguer es un paso de montaña situado en el término
municipal de Vandellós i l'Hospitalet del Infant, en la provincia de
Tarragona, y que a lo largo de los años siempre ha tenido una
especial importancia al ser uno de los lugares de paso obligado en
Cataluña. Durante la Guerra Civil, y como lugar estratégico que
era, contaría con unas importantes fortificaciones siendo éstas
primeras construcciones defensivas unas fortificaciones encaminadas a
defender el litoral a raíz del bombardeo naval que realizaría el 30
de octubre de 1936 el crucero Canarias, del bando sublevado,
en la Bahía de Roses. A pesar de que esta operación de bombardeo
naval no tendría gran importancia para los mandos del bando
nacional, si que tendría unas consecuencias muy importantes para el
bando gubernamental y en especial para las poblaciones del litoral
catalán ya que apresuradamente se iniciaría la fortificación de
todo el litoral del Principado de Cataluña, desde Portbou en el
norte hasta Alcanar en el sur, fortificando de esta manera 400 km de
costa
Crucero Canarias
El
miedo a más posibles bombardeos navales así como sobretodo a un
temido desembarco de tropas nacionales procedente de Mallorca
provocaría una constante vigilancia del mar y un gran afán en la
construcción de posiciones defensivas que se vería materializado
con la realización de más de 450 nidos de ametralladoras,
diseminados por todas las playas catalanas o lugares propensos a
desembarcos; así como también del artillado de la costa, que en su
momento más álgido (mediados del mes de marzo de 1937) llegaría a
contar con unas 120 piezas, formando diferentes baterías a lo largo
de todo el litoral catalán. Tanto la fortificación del litoral así
como el artillado de éste se desarrollarían principalmente entre
finales de 1936 y mediados de 1937, aunque el temor a un desembarco
estaría presente durante toda la guerra y se llegaría a destinar
incluso a alguna Brigada Mixta entera del Ejército Popular de la
República para guarnecer el llamado frente de mar. La
presencia civil en la defensa de la costa también sería importante
ya que en muchas poblaciones costeras serían movilizados hombres con
edades comprendidas entre los 18 y los 45 años para trabajar de
manera obligatoria al menos un día a la semana en la construcción
de las diferentes posiciones defensivas e incluso muchos civiles,
especialmente los pescadores, participarían activamente en la
vigilancia del mar.
El
gobierno de la República destinaría quizás demasiados recursos con
tal de evitar el temido desembarco aunque no dispondría de las armas
ni recursos suficientes. Sirva de ejemplo citar que la gran mayoría
de las piezas artilleras destinadas a la defensa de costas eran de
principios de siglo XX o finales del XIX e incluso se llegaron a
destinar piezas de montaña de la última guerra carlista de 1875
totalmente obsoletas; piezas éstas últimas de 80 mm y con un
alcance máximo de 6.500 metros, poco efectivas en la defensa de
costas si las comparamos con los potentes cañones de 210 mm que
disponían por ejemplo los barcos nacionales Canarias y
Baleares con un alcance de 21.000 metros.
Cañón Krupp de 80 mm utilizado en la Defensa de la Costa
Referente
a la defensa de la costa se crearían también múltiples
observatorios a lo largo de toda la costa, servicios de iluminación
y hasta sería creada una Flotilla de Vigilancia y Defensa
Antisubmarina de Cataluña debido a la poca actividad que tendría la
Marina Republicana por aguas catalanas (cabe decir que también se
crearían estas Flotillas en Valencia, Cartagena y Almería). Dichas
flotillas estaban formadas por pesqueros armados que vigilarían la
costa y harían servicios de convoy al trafico marítimo y por
pequeños pesqueros que dragarían a diario la costa en busca de
minas, siendo por el caso que nos ocupa, el Cabo de Término, próximo
a Coll de Balaguer, lugar de relevo entre los pesqueros de las
poblaciones de l'Ametlla de Mar i Cambrils.
En
realidad las fortificaciones marítimas de Coll de Balaguer constaban
de dos emplazamientos para baterías de costa y varios nidos de
ametralladoras. Las baterías de costa, llamadas Coll de Balaguer
Norte (o batería de artillería de la montaña del Torrero) y Coll
de Balaguer Sur (o de la Pitrassa) nunca se finalizarían, sobretodo
la Norte que contaría con tres círculos construidos en la tierra
pensados para instalar piezas de artillería, un búnker, un pozo de
tirador y una trinchera y algunos parapetos defensivos. Por su parte
la batería Sur o de la Pitrassa era una imponente construcción
militar constituida por cuatro casamatas enlazadas por una galería
interior, con dos polvorines en su interior. Referente a las piezas
que estuvieron ubicadas en estas posiciones, según una relación del
15 de marzo de 1937 éstas
eran cuatro piezas de 150 mm de Hierro
Entubado
Modelo
1885 y cuatro Obuses
de Bronce
de 150 mm. Pero la necesidad de piezas de artillería en los diversos
frentes haría que estas piezas fueran substituidas por otras a lo
largo del conflicto, dándose incluso períodos en que los
emplazamientos artilleros no contarían con ninguna o con pocas
piezas, como por ejemplo sería el caso de finales de 1938, en el que
se encontrarían en las fortificaciones artilleras de Coll de
Balaguer tan solo dos Obuses
de 210 mm.
Proyecto de Reforma de la Batería de Coll de Balaguer (Pitrassa)
Las
otras fortificaciones también importantes referentes a la defensa de
la costa serian los nidos de ametralladoras situados en diferentes
puntos del litoral. Entre ellos destacarían como los principales y
que en la actualidad aun pueden apreciarse, los dos nidos de Cala
d'Oques situados en un promontorio muy cercano al mar y construidos
en hormigón armado y con una sola obertura frontal para realizar el
disparo; y los dos nidos de ametralladoras situados en la playa de la
Almadrava, de planta rectangular y testeros circulares con dos
oberturas por donde hacer fuego.
Nido de ametralladoras situado en la playa de la Almadrava de Hospitalet del Infant
También
existirían otros elementos defensivos en esta parte del litoral
catalán, como serían otros dos nidos de ametralladora junto con una
trinchera en el Puerto de Hospitalet de l'Infant y otros dos más
también con una trinchera contigua a unos 500 metros aproximadamente
de Cabo de Término, así como muchas otras posiciones defensivas y
construcciones militares situadas en el interior de Coll de Balaguer.
Pero
la zona litoral de Coll de Balaguer pudo tener una mayor importancia
al final de la guerra ya que en esta zona el Alto Mando Nacional
planearía para principios de enero de 1939 un desembarco de tropas
para dar un golpe de efecto en la ofensiva que realizaría sobre
Cataluña y ayudar a las tropas terrestres que avanzaban desde los
ríos Ebro y Segre. El plan consistía en desembarcar dos batallones
en las playas de Hospitalet de l'Infant, unas tropas que habían sido
embarcadas previamente en Vinarós y Sant Carles de la Rápita. Para
llevar a cabo la misión, a mediados de diciembre de 1938 y para
recabar toda la información posible sobre las defensas costeras de
esta zona y detectar alguna posible resistencia, el submarino General
Sanjurjo visitaría esta misma zona marítima en misión de
reconocimiento donde podría observar algún que otro nido de
ametralladora ubicado en el litoral. Finalmente, el rápido avance de
las tropas nacionales en su ofensiva por Cataluña desbarataría esta
operación de desembarco, quedando las posiciones costeras defensivas
como simples espectadores.